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Foto producida para la revista

"La otra piedra" por los estudiantes de la materia teoría y crítica del teatro.

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Foto producida para la revista

"La otra piedra" por los estudiantes de la materia teoría y crítica del teatro

“Hablemos sobre las desconocidas conocidas.”

Lucitania Suero

Opiniones encontradas

Una problemática que arremete contra nuestra sociedad actual es la falta de reconocimiento a la mujer en el teatro dominicano. Este es un tema que ha sido tocado anteriormente por distintas personas, tanto hombres como mujeres, en busca de levantar la voz ante esta situación y de buscar una solución viable.

Si bien es cierto que desde los comienzos del arte teatral en República Dominicana ha habido avances en referencia a esta situación, todavía no se puede considerar solucionada por completo, razón por la cual se sigue luchando para darle a la mujer el reconocimiento y la posición que se ha ganado a lo largo de los años en el teatro dominicano.  

Una de las formas de levantar el grito de protesta ante esta realidad que nos rodea ha sido correr la voz narrando las hechuras de estas grandes del teatro para empezar a darlas a conocer poco a poco, no obstante esto no ha sido suficiente para que la mujer tenga el peso que le es merecido en este espacio, así como lo tiene el hombre. 

Podemos encontrar en revistas, periódicos, blogs y páginas webs, diferentes artículos y apartados donde se destacan los aportes y la presencia femenina en el arte de la escena, resaltando el hecho del poco reconocimiento que tienen esas acciones. 

Elvira Taveras en su tesis “Aportes de la mujer a la dramaturgia dominicana” se centra en el papel de la mujer específicamente en el área de la dramaturgia y según su visión, está verificado que el número de escritoras dominicanas es una minoría comparando sus publicaciones con la de sus pares varones. Según sus palabras, y cito: “Si se explora el devenir intelectual local y su producción escrita conocida, se verifica que las escritoras constituyen minoría si se comparan sus publicaciones con las de sus pares varones.” (Mujer y dramaturgia. Pág 11, parrf 4)

Elvira sostiene que “La marginación de la mujer dentro de la sociedad patriarcal, al parecer ha signado el quehacer femenino en la literatura, especialmente en la dramática” Añadiendo que en la labor teatral el papel de las dramaturgas se ha mantenido en una especie de marginalidad o invisibilidad, razón por lo que son desconocidas por la gran mayoría de la población, reafirmando con esto la idea central de este artículo, ¡las mujeres no tienen la posición que se merecen en el teatro de nuestro país! 

Y es un poco increíble que el reconocimiento hacia las dramaturgas dominicanas esté tan retrasado tomando en cuenta que el boom de las dramaturgas se da en la pos-era de Trujillo durante el gobierno de Juan Bosch, y es iniciado por Germana Quintana, directora de la compañía teatral “Las máscaras”, resaltando que el primer montaje de esta compañía fue “Las locas del bingo”, montaje que en el año 2017 tenía el record nacional de presentaciones (no tengo evidencias de que siga manteniendo el record en la actualidad). Germana es la autora de diferentes obras entre las que podemos mencionar (Mea culpa, La carretera, La querida de Don José, Mi divina loca, No quiero ser fuerte “obra que fue ganadora del segundo premio en el concurso de Casa de Teatro en el 1987”). 

Quintana ha realizado grandes aportes al arte teatral escénico dominicano: 

Junto a Nancy Álvarez, en el 1979, fundó la compañía “Producciones Teatrales” donde presentaban dos o tres obras al año, Sala Ravelo, Sala Carlos Piantini, entre las cuales recuerda a (Heidi, La Cenicienta, Hansel y Gretel y El Cuento de Navidad, original de Juan Bosch). De aquí nacen los primeros musicales montados en el país, iniciando con “Están tocando nuestra canción”, con las figuras protagónicas de Nancy Álvarez y Carlos Victoria.

En el 1984 Germana funda el teatro Arroyo Hondo donde dirigió por 20 años. Este club fue tierra fértil para el nacimiento y la formación de talentos para el teatro nacional. Se estrenaban obras tanto nacionales como internacionales cada cuatro meses. 

La poca importancia que se le da a los aportes de la mujer en el teatro no se centra solo en el área de la dramaturgia, abarca todas las áreas del teatro, y conste que el teatro no está formado solo por actriz, directora y dramaturga, también están las personas que trabajan en los departamentos de utilería, escenografía, maquillaje teatral, entre otros. Sólo para mencionar un caso de esto, tenemos a Giselle Madera, quién luego de graduarse de publicidad en la universidad APEC se fue a Buenos Aires, donde realizó estudios de dirección de arte, iluminación para teatro y escenografía, trabajando actualmente junto a directores nacionales e internacionales, no obstante a pesar de todo esto, les aseguro que de 10 personas inmersas en el mundo de las artes, tal vez 5 la hayan escuchado mencionar y que al tomar clases de escenografía o utilería, a la hora de citar referentes de estas áreas no escuchamos su nombre en la lista de nombrados. Para mí, Giselle entra en el grupo de las “Referentes no referenciadas” y las “Desconocidas que se conocen”.

Al hablar sobre las referentes no referenciadas Canek Denis, en su artículo titulado “Mujeres del teatro, la otra historia por contar” hace alusión a aquellas mujeres destacadas en el mundo teatral gracias a sus contribuciones en el arte que desempeñan más allá que solo los roles tradicionales y que son referentes que no se toman en cuenta a la hora de hablar sobre el desarrollo del teatro dominicano. 

Mientras que al mencionar a las desconocidas que se conocen, Denis hace alusión a aquellas mujeres que hacen el trabajo detrás de escena, siendo conocidas exclusivamente por aquellos que se encuentran en contacto directo con el medio teatral. Esas que no figuran en la pública exposición pero sin embargo desarrollan un papel importante para la realización del hecho escénico. 

Luego de una amena charla con la afamada directora y actriz María Castillo acerca del avance del papel de la mujer en el teatro dominicano llegamos a la conclusión de que es la mujer a través de sus propias acciones la que debe propiciarse su espacio en este mundo del teatro y en base a sus propios logros darse a conocer, alzar la voz a la nación para hacer llegar su nombre hasta la última fila de nuestro país y no conformarse solo con eso, sino también atravesar las barreras de esta pequeña isla y viajar en el espacio esparciendo su prestigio y reputación a otras naciones. 

Apoyándome en las palabras de María, “los medios ya están”, tal vez no tan desarrollados como en otros países y de pronto las oportunidades que se tienen aquí no sean iguales a las que se le ofrecen a mujeres de otras naciones, pero con determinación, pasión, responsabilidad, compromiso y persistencia, la mujer dominicana puede establecerse su lugar en este maravilloso mundo de las artes escénicas. 

Una de las iniciativas que más llamó mi atención y considero cumple un papel importante en referencia a esta situación, es la celebración del festival internacional de teatro mujeres sobre las tablas, evento en el cual se les reconoce a las mujeres el rol que desenvuelven como creadoras y en donde alzan su voz para dar valor a sus trabajos en la puesta en escena. 

Para continuar abriéndole un espacio protagónico a la figura femenina en el teatro dominicano sugiero iniciar formando nuevas generaciones de dramaturgas, directoras, actrices, escenógrafas, utileras, etc. Brindándole a las generaciones subientes una educación teatral y artística de calidad, impulsándolas y motivándolas a adentrarse en el mundo del arte escénico y a desarrollar pasión por el mismo. 

Relación del Teatro
y las Mujeres Dominicanas

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Actrices dominicanas reconocidas interpretando personajes osados pero muy reales

Lucitania Suero

Teatristas dominicanas

Basándome en los artículos “Mujeres del teatro, la otra historia por contar” escrito por Canek Denis (16-03-2021) en “acento.com” https://acento.com.do/cultura/mujeres-del-teatro-la-otra-por-historia-por-contar- 8924027.html

 

Y “El teatro femenino dominicano, Más allá del Utah” por Sherezada Vicioso (03-09-2004) en “Hoy” https://hoy.com.do/el-teatro-femenino-dominicano-mas-alla-de-utah/

 

Los cuales abarcan el papel de la mujer dominicana en la historia del teatro, haciendo hincapié en la falta de reconocimiento al arduo trabajo de las mujeres en el desarrollo de las artes escénicas dominicanas. Les comento los puntos que a mi parecer resaltan sirviéndome como base para elaborar una opinión coherente sobre el teatro en relación con la mujer dominicana.

 

El artículo escrito por Vicioso menciona que la imagen de la mujer en el teatro se empieza a notar en el siglo XVI con el texto Entremés escrito por Cristóbal de Llerena, se considera este el inicio y no el llamado teatro indígena porque de dicho teatro no queda reminiscencia alguna que nos hable sobre una posible influencia en la conformación de una imagen especifica de la mujer en el teatro. 

 

A partir de este punto Sherezada hace un recorrido mencionando los aportes de las mujeres siglo tras siglo a lo largo de toda la historia del teatro Dominicano.

 

En el siglo XIX por primera vez en la historia las mujeres son vistas y consideradas sujetos actuantes o participantes en las obras. Sin embargo esto no implicó un cambio en cuanto a la imagen que se seguía propagando sobre ellas. Según las palabras de Vicioso y cito: “Se puede concluir además, que de acuerdo con las costumbres de la época, las mujeres fueron representadas como correspondía a su papel en la sociedad: o vilipendiadas como fuente del pecado original, o protegidas como el animal doméstico

responsable de la procreación y supervivencia de la especie, y su socialización.”

 

Es en la pos-era de Trujillo, durante el gobierno de Bosh cuando se da el boom de mujeres dramaturgas que es iniciado por Germana Quintana, directora de la compañía teatral “Las máscaras” quien es la autora de diferentes obras entre las que podemos mencionar (Mea culpa, La carretera, La querida de Don José, Mi divina loca, No quiero ser fuerte “cabe destacar que esta última fue ganadora del segundo premio en el

concurso de Casa de Teatro en el 1987”). Esas entre otras obras.

 

Dejando bastante claro que en este arte, como en muchas otras, la mujer no es menos talentosa que el hombre. Sin embargo la imagen teatral dominicana sigue teniendo como cara principal al género masculino restando importancia o no reconociendo debidamente el papel y los grandes aportes realizados por las féminas a lo largo del paso del tiempo.

 

Por otra parte el escrito de Denis “Mujeres del teatro, la otra historia por contar” clasifica en “Las referentes no referenciadas” y “Las desconocidas que se conocen” a las destacadas féminas del teatro dominicano.

 

Al hablar sobre las referentes no referenciadas Canek hace alusión a aquellas mujeres destacadas en el mundo teatral gracias a sus contribuciones en el arte que desempeñan más allá que solo los roles tradicionales y que son referentes que no se toman como referencia a la hora de hablar sobre el desarrollo del teatro dominicano. Es decir, son referentes no referenciadas. 

 

Entre las artistas mencionadas en el artículo se encuentran a la aclamada actriz María Castillo quien también ha dirigido. A la actriz Delta Soto que junto a Rafael Villalona fundaron Nuevo Teatro, agrupación y sala que marcaron un hito en el teatro dominicano, siendo el más importante en el siglo XX. La actriz y fundadora de la primera compañía de títeres de la República Dominicana, Ana Hilda García. Entre muchas otras destacadas.

 

Mientras que aquellas que clasifica como las desconocidas que se desconocen se refiere a las que hacen el trabajo detrás de escena, siendo conocidas exclusivamente por aquellas personas que se encuentran en contacto directo con el medio teatral. Aquellas que no figuran en la pública exposición pero sin embargo desarrollan un papel importante para la realización del hecho escénico. 

 

Entre esas podemos destacar a la maquillista Warder Brea, Doña Marosa que se desenvolvió en el área de la regiduría, la crítica de arte Gilda Matos. Entre otras desconocidas conocidas. 

 

Para finalizar, se resaltan las inequidades hacia la mujer en el medio escénico centrándonos en nuestra historia presente. En este apartado se mencionan dos casos pero uno en especial llamó mi atención de tal manera que despertó en mí el deseo de realizarle una entrevista a la protagonista de dicho suceso. Se trata sobre María Castillo quien fue la primera mujer en liderar la compañía nacional de teatro. Resaltando que

pasaron 54 años desde la fundación de la misma para que al final se le diese la oportunidad a una fémina de dirigirla y de paso se le cedió el poder entregándole la compañía en un total estado de deterioro. Diría yo que fue un verdadero reto para ver si la mujer tiene la misma capacidad del hombre a la hora de tomar decisiones y levantar una institución. Reto que a Castillo no le quedó grande pues pudo cumplir con la ardua

labor de reencauzar y recuperar la institución teatral.

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Peor que una Pandemia

Por Xiromara C. Rodríguez

El actor Horacio Rafart ataviado con chaleco y saco, pelo teñido y rostro pintado, pero por más que delinea sus labios, su personaje, que resulta ser un comediante, le impide dibujar una sonrisa permanente.

 

La historia que contará es parecida a la que todos conocemos, un hombre atormentado por los problemas de la mente y del mundo, aunque esta nueva versión trae una característica especial: Su personalidad sumó todos los temores y traumas que trajo la pandemia del Covid-19.

 

Este actor argentino se mete en los zapatos de uno de los villanos que más odian a Batman; quien al mismo tiempo es también el comediante más triste de todos, el joker.

 

¿Qué te convierte en villano? “Hay veces que la gente hace cosas porque no

tiene salida. Hoy tomé un taxi al Centro de Lima y el conductor me contó que se

contagió de Covid el año pasado. Decía: “Yo no hice nada, ni tomé ivermectina.

Me sentía mal, me tomé un antigripal y seguí trabajando”.

Si una persona tiene hambre y la sociedad no le da una salida, ¿Qué hace?

Seguramente, para los que están más cómodos es una salida cuestionable, pero

no había otra alternativa. En la sociedad todo el tiempo se choca con una

injusticia normalizada. Entonces ¿Quién es el villano o el héroe en medio de esta

situación?”

 

¿Dirías que el Joker es la proyección de todo lo que socialmente no se nos

permite ser y hacer? “Algunas sí y otras no. El tipo tiene muchos problemas

mentales y vive en una sociedad que lo ve como insignificante. Él pasa a

defenderse, pasa a ser un héroe porque quizás eso es algo que nadie se animó

ser. Estamos hablando dentro de lo que son nuestras sociedades caníbales

donde es mal visto alguien que roba una cartera, pero un funcionario que

desfalca dinero nunca va preso. Cuando nos acostumbramos a las

desigualdades se pierde la humanidad que da paso al surgimiento de locos

sueltos”. (Tomado de Infobae pág. 13.1.2022)

El desarrollo de la obra ocurrió en el apogeo de la pandemia durante el pico más fuerte encontrando dentro de la cotidianidad argentina; cada caso que aportaba

una riqueza única dentro de la desesperación y el miedo, cosas como tipos en las esquinas vendiendo tanques de oxígeno industrial, el bombardeo por las redes de información sobre posibles curas milagrosas, la paranoia de la gente con los detergentes y el cloro.

Todas estas nuevas crisis vividas por la gente, historias reales; dentro de la jungla de cemento en la que vivimos entre empujones, insultos y miserias, se necesita ser un joker de vez en cuando para garantizar la sobrevivencia.

 

El país donde vivimos desgraciadamente no escapó a la maldición del covid 19, ni a sus largos tentáculos que siguen mutando.

 

La Clase actoral dominicana durante esta pandemia fue uno de los sectores más golpeados con el cierre de los teatros y el abandono involuntario de nuestro trabajo; una ayuda muy precaria por parte del gobierno llegó a muy pocos artistas de la escena.

El teatro como el hijo pródigo desgraciadamente, siempre ha estado sumido en el olvido gubernamental que llegó con Cristóbal Colón en la Santa María, entendemos sería maravilloso poder emular el trabajo creado por la compañía de teatro La Cuarta Pared de Argentina; y retomar con más ánimo que nunca el oficio de crear obras de teatro con cada una de las miles de cosas y casos en los que muchas veces nos vimos envueltos en nuestra marcha para asegurarnos un personaje en esta película interminable en la que los protagonistas también mueren; seguimos contra viento y marea trabajando por el crecimiento cultural de nuestra sociedad, junto a los demás dominicanos sin acostumbrarnos a la impunidad de los de arriba, que se mofan de la suplicas de los menos agraciados, que suplican por una educación de calidad, por centros que garanticen la buena salud del ciudadano, por una educación teatral básica, por una canasta familiar que lleve lo esencial a nuestras mesas, que permita empleos para la gente que se prepara en las universidades a pesar del covid, con la idea de que el futuro por fin sonría de forma sincera y cual Batman por fin acabemos con los cientos de joker que desgraciadamente sobrevivieron al covid-19, para seguir mofándose de este pueblo cada cuatro años.

 

En mi opinión, ellos son peor que una pandemia.

Realidad o un mal sueño

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