Teatro Como Herramienta de Reincercion Social en el Nuevo Modelo Penitenciario.
- LA OTRA PIEDRA
- Mar 19, 2020
- 4 min read
Updated: Apr 2, 2020
Por Tomás Pérez.
Mencionar teatro en República Dominicana puede remitirnos a las grandes salas estatales cuyas fachadas son el único acercamiento con este arte para muchos ciudadanos; para otros, que han estado más cerca de las tablas, las imágenes presentes pueden ser producto del recuerdo de alguna obra en una sala independiente; para los que considero más afortunados, la sola palabra teatro despierta una serie de vivencias, logros, pasiones y aprendizajes obtenidos en algún salón de clase o en medio del escenario. Lo que pocas personas pueden concebir es que, en espacios creados para privar de la libertad, se muevan alas artísticas que acaricien el cielo en la escena. Y no me refiero a grupos que llevan obras teatrales a las cárceles sino a las producidas por los y las reclusas del nuevo modelo penitenciario. Pero: ¿Es posible para un convicto hacer teatro desde el encierro? Según palabras del Maestro del teatro brasileño Augusto Boal: “La teatralidad es esencialmente humana. Todo el mundo tiene dentro de sí a un actor y a un espectador. Representar en un “espacio estético”, sea en la calle o en el escenario, da mayor capacidad de auto observación. Por eso es político y terapéutico.”
Estas palabras cobran mayor vida cuando analizamos la realidad de los centros del nuevo modelo penitenciario en República Dominicana, el cual está sustentado bajo la ley 224-84. Dicha ley está basada en la Constitución de la República que establece en su artículo 8 que la finalidad principal del estado es la protección efectiva de los derechos de la persona humana y el mantenimiento de los medios que le permitan al individuo perfeccionarse progresivamente. Los establecimientos penitenciarios se organizarán conforme a los siguientes principios:
a) Un trato fundamentado en el respeto de los Derechos y los Deberes de cada interno/a.
b) El establecimiento de actividades y acciones que conlleven a la rehabilitación de los internos/as.
c) Un régimen de vigilancia que garantice la seguridad de los internos/as.
d) Una adecuada gestión y administración para el buen funcionamiento del centro.
Es precisamente en el segundo principio mencionado en el cual quedan estipuladas las actividades culturales realizadas en los diversos centros penitenciarios específicamente en: Monte Plata, Najayo Mujeres, harás Nacionales, Elías Piña, Rafey, Puerto Plata, San Francisco, Dajabón y Mao. Las actividades artísticas y culturales quedan a cargo de la figura de Promotor (a) Deportivo y Cultural, entre cuyas funciones se destacan:
a) Recoger información sobre su ámbito.
b) Diseñar y ejecutar programas deportivos u culturales. c) Incentivar a los internos/as para promover el deporte y la cultura. d) Dar asesoramiento técnico a otros profesionales. e) Realizar gestión técnica y administrativa de los protocolos y expedientes colegiados. f) Redactar informes individuales y en colaboración con el equipo multidisciplinar. g) Realizar otras tareas afines y complementarias, conforme a lo asignado por el director o superior jerárquico. Experiencia de campo: Tras un acercamiento personal realizado en el año 2017 al centro Najayo Mujeres, fue posible constatar que en dicho centro se había formado un grupo de arte y cultura el cual montaba propuestas escénicas que incluían el teatro y la danza. Este grupo realizaba presentaciones dentro y fuera del plantel penitenciario y era dirigido por una de las internas con más tiempo en el centro, siendo uno de los logros mencionados por ellas el haberse presentado en el Teatro Nacional. Algo que llamó la atención de manera particular es el hecho de que se preparaban para una competencia realizada entre los equipos de diferentes centros de nuevo modelo. Esta competencia al parecer se realiza cada año y las participantes compiten en categorías como: danza-teatro, pantomima, baile grupal e imitación. Todos en base a los valores humanos que deben promover en dicho año.
¿Cuáles beneficios puede tener un recluso al entrar en contacto con el teatro? En el caso nacional algunas participantes de la competencia del nuevo modelo reciben salidas temporales como establece el artículo 41 de la ley. En el ámbito internacional, podemos mencionar el caso de Tendai Gwinhi, quien durante su condena de 10 años en una prisión de Simbawe, entró en un programa de rehabilitación que le permitió crear un grupo de teatro dentro de la prisión, y actualmente trabaja como actor en un drama llamado “SibahleNje”, trasmitido a nivel nacional en su país. Pero quizás el caso de mayor éxito es el del actor londinense Michael Balogun, quien pasó de la prisión de Brixton a interpretar un personaje en la obra Macbeth en el National Theater de Londres.

Tomás Pérez
Estudiante de termino de la licenciatura en teatro mención actuación en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Nacido en esta misma ciudad el 12 de junio de 1989. En su paso por esta institución ha actuado en obras como Bochinche y Muerte Accidental de un Anarquista; también ha presentado el monólogo de Segismundo de la obra La Vida es Sueño y El Cuerpo del Actor extraido del ensayo homonimo de Marco Antonio de la Parra.
En 2009 da sus primeros pasos en el teatro con el Movimiento Cultural Universitario (M.C.U.). Un año más tarde ingresa en la Unidad de Entrenamiento de Teatro Musical de Amaury Esquea donde estuvo 2 años.
En el 2010 se integra al grupo Teatro Otoño, donde participa en varios montajes teatrales de mucho rigor, bajo la dirección de Margaret Sosa. En 2012, junto a algunas compañeras, Teatro Kayrós. En el año 2013 crea, junto a Teatro Kayrós, el “Laboratorio Teatral Tinta no Palco”, proyecto que coordina hasta el día de hoy, y que ha visto pasar más de 50 participantes desde su fundación, contando actualmente con 18 miembros activos y el apoyo del Centro Cultural Brasil – República Dominicana, institución que ha acogido el proyecto desde sus inicios.
Al día de hoy ha dirigido 7 obras de teatro entre la que destaca “El Visitante” de la escritora brasileña Hilda Hilst, presentada en el Teatro Nacional en 2018 y “Abyecta” de la escritora dominicana Lauristely Peña Solano. También ha actuado en unas 20 entre ellas: “Espejismos” de Margaret Sosa, obra que inauguró el primer Festival de Teatro Paralelo, Santo Domingo 2012; “El Entremés de Llerenas: el pasacalle” obra que formó parte del Festival de Internacional de Teatro Santo Domingo 2016 y 2019.
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