Nocaut (Yo tengo un Sueño).
- LA OTRA PIEDRA
- Mar 19, 2020
- 27 min read
Updated: Mar 24, 2020
por Rosmerys Mieses y Nathaly María
Obra: Nocaut (Yo tengo un Sueño)
Dirección: José Pacheco
Dramaturgia: Rosmerys Mieses y Nathaly María
Vestuario: Elianny Henríquez
Escenografía: Nathaly Maria y Luz Rodríguez
Musicalizacion: Luz Rodriguez y Rosmerys Mieses
Luces: Kabir Saviñón
Materia: Taller de Teatro Maestro: Claudio Rivera
ESCENA 1
Mario M: Que sed Dios mío… Este calor ni el mismísimo lo aguanta. ¡Saludo! ¡Buena! ¡Mi doña!
(Sale Laura)
¡Ay discúlpeme! ¡Discúlpeme! Discúlpeme! ¿Cómo esta señorita?
Laura: Bien.
Mario M: Bien, pero bien, Requetebién.
Laura: No puedo decir lo mismo de usted.
Mario M: Si tú supieras… Yo tengo un sueño.
Laura: ¿Qué sueño?
Mario M: Ven y pregúntale a mi almohada para que te cuente.
Laura: Usted si es fresco! Con razón que la mujercita esa que tenía lo dejo por Theobroma. Es más, ni siquiera lo dejo poique nunca estuvieron juntos.
Mario M: Oye pero que lengua viperina tiene usted vale. No se compadece siquiera de los mal de amores.
Laura: Tu lo que deberías es de fijarte en las que son como los de tu tipo, como la curtía esa que vive en el barrio de allá abajo… Hablando del rey de roma.
(Sale victoria y se sienta)
¿Por fin y para que fue que me llamo?
Mario M: ¿Pudiera usted dentro de su amabilidad, ser tan amable, de darle un vasito de agua amablemente a este Latín Lover de la escoba? ¡Ay!
Laura: ¿Qué fue lo que usted me dijo?
Mario M: Qué me hagas el favor de…
Laura: ¿Qué le haga el favor? ¿Y esto es un colmado? ¿O usted cree que esto es una casa e caridad? ¡Usted si es fresco! En esta casa yo no soy cualquiera, yo soy la que atiende a los niños. ¿Usted no me ve? ¿O Usted cree que las de mi color están en la cocina? Yo solo tengo agua para los niños de aquí y es más vamos a separar las aguas entre usted y yo.
Mario M: Si dividimos el agua te la convierto en vino.
Laura: Ni que estuviéramos en la boda de Canaán.
Mario M: Tu alma es como cisterna agrietada que no retiene el agua. Jeremías 2,13.
Laura: Mi alma tiene sed, pero sed del Dios viviente. Salmo 42,2.
Mario M: Tú eres como un manantial sin agua, bruma impulsada por una tormenta. Pedro 2,17
Laura: No le doy el agua por que usted es capaz de cambiármele el color al vaso. Además, aquí no hay vasos para gente de la calle. (Tira la puerta y se va).
Mario M: El que niega el agua va para el infierno. Esa se atreve a vender el agua.
FIN 1RA PARTE.
Entra victoria (estatua)
Teresa: Mira eso, mira eso! En la noche no hay quien lo encuentre a ese. Esos negros vienen aquí con su miseria a quitarle el trabajo a uno. Por eso fue que Trujillo hizo lo que hizo en el 37. ¡Y bien que lo hizo! De seguro ahora mismo estuviéramos gobernados por un disque dominicano con mas sangre haitiana corriéndole por sus venas que costumbres dominicanas.
(ENTRA PLUMA) TODO AQUEL QUE ESTA EN ESCENA LA MIRA
Yo soy Pluma y eso es decir bastante, porque hay otros que vienen al mundo y no son nada; yo por lo menos soy pluma. Vine al mundo mientras mis padres dormían: mi madre me empujo y nadie me esperaba, vine por mi cuenta y riesgo. Este es el cielo, esta es la tierra, estos son mis padres -si lo hubiera sabido no vengo-. Apesta este lugar, durante meses he escuchado a mis padres discutir; creo que sus palabras apestan y han llegado de mal olor este lugar. Yo soy Pluma: naci y crecí en los abismos del tiempo. Me llevo algunos minutos tener este aspecto -no es el optimo, pero para este mundo tampoco se necesita gran cosa-. Esta es la noche, y estos son mis pies, no hay faro en los bajos mundos, y no hay milagros sin luz. Salgo de la oscuridad del vientre de mi madre a la oscuridad de la noche voy a las calles. ! He aquí mi cabeza! !He aquí mi corazón y mis pies! !He aqui mi grito!
LE DA LA VUELTA A LA ESTATUA DE VICTORIA Y SE SIENTA EN EL PISO, CUANDO VA A TOCAR LA ESTATUA, DOÑA TERESA LA DETIENE)
Teresa: ¡Mi niña! ¿Pero cómo te vas a sentar en el piso? Tan bonita y delicadita. Ven, ven, siéntate aquí. Mira esa, mírale esos cabellitos y ese colorcito. Esa es una negrita come coco. A mi no hay quien me diga, esa es de aquel lado. ¡Mire joven! ¡Mire joven! ¿Y así es que usted pretende ir al trabajo?
Victoria: ¿Disculpe?
Teresa: Por lo menos debería de peinarse.
Victoria: ¡Pero hay que ver que la ignorancia es atrevida! mire señora, déjeme decirle que pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos.
Teresa: Unju, ahora si es verdad. La gente va como le da la gana al trabajo.
Pluma: Pero ella esta vestida correctamente.
Teresa: ¡Ayy mi niñaaa!! Mira, te dejo voy a dejar aquí, pero cuídate de ese tipo de gente. Que el negro si no la hace en la entrada, la hace en la salida.
Nocao: Saludos compañero, ¿Usted sabe en qué calle queda la Comisión Nacional De Los Derechos Humanos?
Mario M: Pero claro, usted llego donde el que sabe y si yo se usted sabe pues sabe, ¿usted ve ese colmado verde? Ahí no es, al lado del colmado esta la lavandería, ahí no es tampoco, al lado de la lavandería ahí tampoco, ahí es que vive doña Tatica, Pero mire, pregúntele a esa jovencita que ella de aseguro sabe.
Nocao: Muchas gracias compañero. Disculpe jovencita ¿Sabe usted como llegar a la Comisión Nacional De Los Derechos Humanos?
Pluma: Eh… no, no, gracias…
Nocao: No señorita, es una dirección que quisiera saber.
Pluma: ¡No me haga daño por favor! (Se aleja de Nocao) Dios mío, que susto acabo de pasar. Gracias a los cielos que tu esta por aquí.
Laura: Pluma ¿Qué te pasa?
Pluma: Ese hombre medio raro que se me acercó hostigándome, me vi sola y pensé lo peor.
Laura: Te he dicho que tengas cuidado con esa gente. Atento a ese colorcito tuyo, te confunden con los de su clase.
Pluma: A mi me gusta mi color.
Laura: Tienes que ir aclarando tus ideas para cuando te toque elegir enamorado, lo cojas blanquito para que refine la raza, Me voy que tengo que bañar a tus hermanos.
Mario M: ¿Y qué es lo que le pasa a la gente? En estos días de lo único que hablan es que si negro o blanco. En mi pueblo lo que importa es que si el chen chen ta bueno. ¿Qué usted cree señorita?
Victoria: Sinceramente… eso es un tema de nunca acabar. Estamos estancados en una mentalidad colonial. Recuerdo que por donde vivía, a eso de mis 5 o 6 años, se mudo al vecindario una familia blanca, muy blanca. Salí a jugar. Y cuando llegue donde mis amiguitas, allí estaba la niña blanca y dijo: si esa negrita juega, yo me voy. Yo pensé: ¿y esta? Acaba de llegar y ya está poniendo reglas. Una puñalada hubiese sido una caricia ante lo que sucedió después. Mis amigas me miraron y dijeron: Victoria, vete. Yo no sabía que era negra. Y no me refiero a mi piel sino a lo que implicaba ser negra.
Pluma: ¿Y cómo fue eso? Cuénteme
Victoria: Tenia siete años apenas, apenas siete años, ¡Que siete años! ¡No llegaba a cinco siquiera! De pronto unas voces en la calle me gritaron
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¿Soy acaso negra?”- me dije ¡SI! “¿Qué cosa es ser negra?” ¡Negra! Y yo no sabía la triste verdad que aquello escondía. ¡Negra! Y me sentí negra, ¡Negra! Como ellos decían ¡Negra! Y retrocedí ¡Negra! Como ellos querían ¡Negra! Y odie mis cabellos y mis labios gruesos y mire apenada mi carne tostada Y retrocedí ¡Negra! Y retrocedí. . . ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Neeegra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! Y pasaba el tiempo, y siempre amargada Seguía llevando a mi espalda mi pesada carga ¡Y como pesaba ¡ Me lacie el cabello, me polvee la cara, y entre mis estrañas siempre resonaba la misma palabra ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Neeegra! Hasta que un día que retrocedía, retrocedía y que iba a caer ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¿Y qué? ¿Y qué?
¡Negra! Si ¡Negra! Soy ¡Negra! Negra ¡Negra! Negra soy ¡Negra! Si ¡Negra! Soy ¡Negra! Negra ¡Negra! Negra soy De hoy en adelante no quiero laciar mi cabello No quiero Y voy a reírme de aquellos, que por evitar – según ellos – que por evitarnos algún sinsabor Llaman a los negros gente de color ¡ Y de que color ¡ NEGRO ¡ Y que lindo suena ¡ NEGRO ¡ Y que ritmo tiene ¡ NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO Al fin Al fin comprendí AL FIN Ya no retrocedo AL FIN Y avanzo segura AL FIN Avanzo y espero AL FIN Y bendigo al cielo porque quiso Dios que negro azabache fuese mi color Y ya comprendí AL FIN Ya tengo la llave NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO ¡ Negra soy ¡
Nocao: Dios bendiga el vientre que la pario. Es usted una mujer muy fuerte pero no debería cargar tanto resentimiento. Para verdades el tiempo y para justicia Dios.
Victoria: Cuando las personas se sienten tristes no suelen hacer nada, y solo se la pasan anhelando cosas, pero cuando están enfadadas, indignadas, es ahí que provocan el cambio. Debemos de protestar para que nos escuchen las autoridades.
Mario M: Si, que nos escuchen las autoridades!
Victoria: Esas mismas autoridades que se hacen los ciegos ante los maltratos innecesarios sufridos por la gente como nosotros causados por la misma gente del pueblo.
Mario M: Si! Esas mismas autoridades que hacen ciegos los maltratos por la gente innecesaria del pueblo!
Victoria: Y si para que nos escuchen, hay que prenderle candela a todo esto! Pues se la prendemos!
Mario M: Si! Se la prendemos!
Nocao: No busquemos satisfacer nuestra sed de igualdad bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Debemos conducir siempre nuestra lucha por el camino elevado de la dignidad y la disciplina. Hermanos, me gustaría continuar discutiendo esto, pero debo de llegar a mi destino. Por casualidad ¿usted sabe dónde queda la Comisión Nacional de los Derechos Humanos?
Victoria: Claro que si, no esta muy lejos. (saca el papel del cacao y se lo da a Nocao)
Nocao: Muchas gracias.
Mario M: Amigo! Aquí como el que no quiere la cosa, pero queriéndola usted sabe ¿Se puede saber para que usted va para allá? A la gente como nosotros ahí no le hacen caso…
Nocao: Soy administrativo de la institución, me acaban de trasladar de mi pueblo y soy nuevo por estos lados.
Mario M: Er guao! Pero déjeme acompañarlo compañero por si se me pierde. Mire ¿Y cómo usted consiguió ese trabajito ahí? Porque no se crea que toda la vida yo voy a ser barrendero. Yo quiero ser un hombre de alta incurnia! Ayúdeme ahí.
Nocao: A través de muchos años de arduo trabajo y servicio a la comunidad, pude alcanzar el lugar donde estoy hoy. Mi esposa y la comunidad donde viví fueron testigos. Allí mi valor y mis acciones dan testimonio de quien soy.
Mario M: ¿Cómo? ¿Y también está casado compañero?
Nocao: Si, con la mas santa y hermosa criatura que ha visto nunca la luz del sol. Mi amada Desdémona.
Mario M: ¡Eñooooo! Ta aficiao usted. Pero dígame lo truco compañero de como fue que enamoro a tan hermoso ser, de un hombre así, como usted y como yo.
Nocao: Era su padre muy amigo mío y con frecuencia me invitaba a comer a su casa porque le gustaba escuchar las historias de todas las peripecias que me habían ocurrido en la vida. Al escucharme, ella reía, lloraba y devoraba con sus oídos mis palabras. Cierta vez, estando yo en su casa me dijo que si algún día era amigo de un enamorado de ella, le enseñara a contar historias igual que como lo hacia yo porque así el lograría enamorarla. Así que no desaproveche la oportunidad y la volví mi esposa. Ella me amo por mis trabajos, victorias y desdichas. Yo la ame por su compasión, no hubo más trucos.
Mario M: Que suerte tuvo usted. Bueno, es ese edificio. Ya usted sabe, me tiene pendiente en lo que aparezca. Mario Moreno a sus órdenes.
Nocao: Muchas gracias. Lo tendré pendiente.
ESCENA 2
(Entra Teresa y se sienta)
Pluma: Doña Teresa
Teresa: Hola mi niña ¿Cómo estas? ¿Y la comadre?
Pluma: Mami esta bien, trabajando como siempre, usted sabe.
Teresa: Mándamele saludos cuando llegue ¿Y mis ahijados? Tan grandes y bellos que están esos muñecos, con esos ojitos azules.
Pluma: Ahí los deje con su nana Laura en la casa.
Teresa: ¿De casualidad tú sabes quién es ese hombre? Disque el nuevo presidente de la junta de vecinos.
Pluma: No sabía que había uno nuevo ¿Y cuando fue eso?
Teresa: Si mi hija, un azul de metileno que se mudó los otros días ahí y que según averigüe tiene un puestico en la Comisión de Derechos Humanos.
Pluma: Oh, pero debe ser alguien importante, me gustaría conocerlo un día de estos.
Teresa: Mire muchachita! ¿Para donde va? ¿Yo no le estoy hablando?
Pluma: Para la protesta armada madrina.
Teresa: ¿Cómo? ¡A defender esos mañeses? ¡Pero tu te estas volviendo loca! Eso es demasiado peligroso, yo no se con quien es que tu te estas juntando, pero nada mas te digo que el que se junta con cojo al año cojea.
Pluma: Ay Doña Teresa! Usted y sus prejuicios.
ESCENA 3
(Mario M le esta echando agua a la planta)
Mario M: Óigame pero era cierto lo que me decía de su mujer, es un cuarto bate.
Nocao: ¿Verdad que es hermosa? ¿Y donde la vio?
Mario M: Estaba yo en mis deberes de limpieza, usted sabe, cuando de pronto vi en la esquina, hablando con un hombre, esa belleza de piel perlada con rostro de ángel y dije: Jum! Esa debe de ser la mujer del compañero, nunca por aquí la había visto. Eso sí, tenga cuidado, que por aquí vive un tal Theobroma que se levanta a todas las mujeres.
Nocao: ¿Theobroma? ¿Con el fue que la vio hablando?
Mario M: Si! ¿Y usted conoce a ese charlatán?
Nocao: ¡¿Charlatán?! Ese es como mi hermano! Nos criamos juntos desde chiquiticos, cogiendo la misma lucha hasta llegar a donde estamos. No se preocupe, que el es quien me le hecha el ojo a la casa y a Desdémona en lo que llego del trabajo.
Mario M: Bueeeeno compañero, yo no más le digo que me hagas caso y se cuide. Yo he escuchado cuentos de ese sin vergüenza y se me hace que no son cuentos nada.
(Mario M se va y entre Theobroma)
Theobroma: Nocao!! Hermano mío! Hasta que por fin ¿te decidiste en venir? ¿O fue que te dejaste convencer de la cuñá, y te mudaste para la capital?
Nocao: he he he! Te doy mi palabra, Theo, de que si no fuera por mi amor a Desdémona, siendo yo tan soberbio, no hubiese venido para acá, por más dinero que me hubiesen ofrecido.
Theobroma: Ya era necesario que llegara uno como tú. Los levantamientos en la ciudad se han tornado cada vez más violentos y lo único que logran es justificar el prejuicio que existe. Escuche rumores sobre una protesta armada que se está gestando.
Nocao: Hay que investiguemos mejor esta situación. Es imperante que estemos allí el día que suceda antes de que se torne violenta la situación.
ESCENA 4
Desdémona: Muchas gracias Theo por ayudarme con la lámpara. Mi marido tiene un amigo que vale oro.
Theobroma: Usted sabe que ese es mi hermano y por el yo hago lo que sea, y más si es por mi cuñada que tanto respeto le tengo. La verdad que nunca he conocido mujer tan fiel ni que ame a su marido tanto como lo hace usted. Me acuerdo como siempre fue tan pura desde que tenían amores. Y pensar lo negado que estaba tu padre al principio. Quien iba a pensar que Desdémona iba a dejar todas sus comodidades y se casaría con un hombre como el color de la noche para ir a parar a estos lados.
Desdémona: Desde que lo conocí no quiero separarme ni un día de su lado. Tú sabes muy bien que yo no me enamore de su rostro, sino de su valor y de sus hazañas; por eso le rendí mi alma y mi vida. Incluso si el va ahora a la guerra, y yo como mariposa me quedo en la paz, ¿De qué me sirve esta unión nuestra? ¿Qué fruto cogeré de él sino llorar en triste soledad su ausencia? A donde vaya quiero acompañarle.
Theobroma: Y él, por corresponder a su generoso amor, jamás se lo negaría. (Se frisan, Foto).
Mario M: Pero ni planeado esto me sale tan bien. Aquí agarro a aquellos dos y de las mil historias que me voy a crear solo el cielo los librará. Con esto yo consigo mi carguito con Nocao porque lo consigo.
Theobroma: A la verdad que si la virtud es el mejor adorno, no hay duda de que Nocao es hermoso. Ja Ja Ja Ja Ja!
Desdémona: Usted si es relajado Theo! Ja ja ja ja
ESCENA 5
Mario M: Compañero, cuantos días que no lo veía.
Nocao: Mario, compañero. Imagínese he estado muy ocupado en la oficina con estos rumores de levantamientos y la prevención de los mismo, he estado saliendo muy tarde. Estoy que solo voy a dormir a mi hogar.
Mario M: Y Desdémona sola en la casa.
Nocao: Por ahora eso no me agobia, Theo, me la cuida.
Mario M: ¿Y cómo es que usted confía tanto en un hombre que es tan sabroso con las mujeres?
Nocao: Es que Theo es mi hermano, ¿yo no le dije, Mario? Que nos criamos juntos desde pequeños
Mario M: No creo que sea buena idea poner al ratón a cuidar el queso. Mire, yo no quería meter a nadie al medio, pero mientras estaba en mis deberes de limpieza vi algo medio extraño.
Nocao: ¿Cómo medio extraño?
Mario M: Yo sabía que Theobroma le daba una vuelta a su mujer y a la casa pero, la verdad que cuando lo vi saliendo me sorprendí. Porque para ver que todo esta bien no hay necesidad de entrar a la casa, y mas de una mujer casada y lo mucho hasta Dio lo ve.
Nocao: Mario deje de estar de mal pensado...
Mario M: ¿Mal pensado? Eso no fue pensado, fue visto por estos dos ojos. Es más, mire. (Saca celular) ¿Que tiene que estar Theobroma poniéndole las manos a una mujer ajena? Ni tan amigos que fueran ellos. Le enseño esto porque entiendo que los amigos tienen que respetarse. Y como para mi usted es un hombre con temple yo no creo que se merezca esto.
Nocao: Bueno, cuando usted lo plantea así, cualquiera se asusta. Yo voy a hablar con ella, de seguro es un mal entendido pero gracias de todas formas. (Se va)
Mario M: Que Theobroma está en ella, lo creo en verdad. Que ella está en Theobroma es posible y muy fácil de creer; el tal Licenciado Nocao (a pesar de que no me cae bien) es de una naturaleza noble, firme y constante en sus afectos, y me atrevo a pensar que se mostrará para Desdémona un muy buen esposo. Ahora, yo la quiero también; no por deseo carnal aunque quizá sea mayor mi pecado, sino por instinto de venganza. Pues sospecho que el antojadizo Theobroma merodeo en otro tiempo mi jardín, sospecho que, como un veneno mineral, me roe las entrañas, y nada podrá contentar mi alma hasta que arregle cuentas con él, mujer por mujer; o, si no, arrojar a Nocao en tan violentos celos que el buen sentido no pueda curarle y se desquite con el. Para llegar a este objetivo, cogeré a nuestro querido Theobroma en una desventaja y le ultrajaré a los ojos del Licenciado de la manera más grosera. Aunque temo también que el me tenga vigilado. Quiero que Nocao me tenga como un buen amigo, me dé las gracias, y me recompense con un puesto por haberle hecho hacer papel de bestia, y turbado su paz y quietud hasta volverle loco. El plan está aquí, pero todavía confuso. ¡El verdadero semblante de la vileza no se descubre nunca hasta que ha hecho su obra!
ESCENA 6
Mario M: Saluudo Theobroma! ¿Cómo le va?
Theobroma: Oh Mario Moreno, aquí todo bajo control. Y tu? Ahí te veo en lo tuyo.
Mario M: usted sabe, se hace lo que se puede para sobrevivir. ¿Ta flojo el trabajo? ¿Que lo veo mucho por esto lado a estas horas?
Theobroma: Más o menos si pero eso ya va a cambiar pronto Dios mediante.
Mario M: Óigame! ¿Y cómo es eso?
Theobroma: Si. ¿Ya usted conoció al nuevo presidente de la junta de vecinos? ¿A Nocao? Pues hace un buen tiempo que llevo haciendo unos trámites con él y ya me van a fijar en su oficina.
Mario M: Oh! Pero esta pegao usted!
Theobroma: Que va, eso ha sido guayando la yuca por mucho tiempo, además, Nocao es como mi hermano mayor, nos hemos cuidado la espalda desde siempre. Ese mete mano donde sea por mí, eso sí, siempre por las de la ley.
Mario M: Parece que me toca meter mano por mi mismo.
Theobroma: Repítame que no lo escuche.
Mario M: Nada, yo diciendo que es bueno ayudar a los amigos.
Theobroma: Ay si, y hombre que admiro yo! Siempre pensando en el bien común y nunca en el suyo propio. Tan diplomático y pacifico, nunca he visto una gente con mas templanza que ese hombre.
Mario M: Si, si, me imagino, me imagino.
Theobroma: Voy a pasar por la casa de él ahora a darle una vueltica a su Señora ¿Ya usted le pasó por esos lados?
Mario M: Ya yo estoy terminando, solo me queda esta cera de por aquí.
Theobroma: Rápido y eficiente usted! Pues nos vemos!
(Theobroma va a la casa de Nocao y llama a Desdémona)
Desdémona, Desdémona
Mario M: Aquí están otra vez estos dos ¿De que me valdré ahora?
Theobroma: Dígame mi señora ¿En que le puedo ayudar?
Desdémona: Ay Theo! Ay Theo! que se me ha caído el relicario que me regalo Nocao la noche de bodas!
Theobroma: ¿El que era de su bisabuela?
Desdémona: ¡Hay si Theo! Usted sabe lo sagrado que es eso para él y se me ha roto. Una cosa tan delicada, que nunca lo uso fuera de la casa a menos que salga con mi esposo. ¡Ay dígame que usted lo puede reparar lo más pronto posible! el relicario….el relicario..
Theobroma: Tranquilícese! Primero déjeme ver en qué estado quedó. No ombe, pero si solo fue el grafe de la cadena. Yo lo mando a arreglar eso ahora mismo.
Desdémona: ¿Y me lo entregaría hoy?
Theobroma: Claro, eso no es mucho trabajo. Gracias al cielo que no fue el relicario que se rompió porque ahí si que estamos feos, pero eso se resuelve.
Desdémona: De la angustia que me ha sacado. Vaya rápido y que Dios se lo pague!
Mario M: Ah conque un relicario sagrado que ella nunca saca de la casa. Y que entonces Theobroma tiene en su posesión! Ya sí que cuadré!
ESCENA 7
Teresa: Saludos!
Laura: Buenas Doña Teresa. ¿Dígame en que la ayudo?
Teresa: Vine a visitar a mis ahijados.
Laura: Los niños aun no han llegado, están en la clase de pintura.
Teresa: esos niños míos tan educados; lo que debieron de hacer fue de ponerlos en clase de karate, como estamos en estos días, por si uno de esos muñeses les sube la envidia y se pone de fresco!
Laura: Esos azabache que no saben cual es su lugar.
Teresa: El otro día yo estaba en el parque de lo más tranquila y una de esas mujeres del barrio, de allá abajo empezó a vociferar como una loca. No se como ese tipo de gente pretende igualarse a nosotras cuando ni siquiera tienen educación.
Laura: Ay si Doña Teresa. Eso es increíble. Alla en mi pueblo uno no tenia que estar preocupándose por nada de eso. A uno lo respetaban y esa gente ni le hablaban mucho a uno. Sabían su puesto.
Teresa: ¿De qué pueblo tu ere?
Laura: Oh! Yo soy de la familia Látex, Los Látex de La Vega! Esa familia mía estaba muy bien parada déjeme decirle. Teníamos trabajadores de todo tipo. Así que ya usted sabe los casos que tuve que ver, por eso desde chiquita yo aprendí a tenerle cuidado a esa gente.
Teresa: Oh, los Látex de la Vega…
Laura: Esos mismos. Pero aquí están con eso de la igualdad, y demás afanes y tratan a uno como si ellos fueran iguales que nosotros. Usted puede creer que aquí vino el barrendero, casi exigiéndome que le de agua como si esta casa fuera de él. Y para el colmo escuche rumores de que los azabaches se van a reunir para hacer un desorden en el parque, dirigidos por una tal victoria.
Teresa: Pero ¿Y que es lo que se han llegado a creer? Ja! Como si fueran capaces de cambiar algo. Voy a hacer unas cuantas diligencias y así hago tiempo en lo que llegan mis niños. A ver si me entero del show ese que están montando esos mañeses ahora.
Laura: Tenga cuidado cuando vaya a dar sus paseos por ahí.
ESCENA 8
VICTORIA: Saludos compañeros, estoy llenada de gozo, al ver que ha respondido a en masa a la esta convocatoria, es tiempo de ponerle fin a toda esta injusticia, siempre me digo: "mientras con mas ahínco traten de silenciarme, mas fuerte gritare", no nos podemos quedar callados, ni de brazos cruzados ante semejantes maltratos; "después de escalar una montaña muy alta, nos damos cuenta que hay muchas otras montañas por escalar", es por eso que estamos aquí reunidos, no para ponerle fin a esta lucha, sino para empezar a luchar por lo que entendemos que es justo, y que merecemos como ciudadanos en que somos, no estoy pidiendo favoritismo ni condescendencia, es oportunidad como todos, y por esto les digo, que como no nos la van a dar a las buenas, pues estamos listos para tomarlo por las malas.
Estas luchas parecerán desfasadas para algunos, pero en un mundo, donde el aspecto fisionómico de un hombre determine sus oportunidades en la vida y se valoren por encima de tus capacidades, no podemos estar pacientes, estamos llamados al cambio, a luchar por la igualdad, así que compañero hoy marchamos a lo que será un evento sin precedente.
(Entra Nocao y Mario Moreno y trata de calmar los ánimos y con esto desmontar el plan de la protesta armada, interrumpe a Victoria en pleno discurso)
Nocao: ¡Victoria! Debes de desviar la corriente de odio y frustración que clama venganza, y encausarla hacia el remanso de la reconciliación y la paz.
Victoria: ¡¿Paz?! ¿Qué paz? ¿hay paz cuando voy pasando por la calle y sin razón alguna oigo comentarios en detrimento de mi persona?, eh?!
¿Hay paz cuándo, cuando porque les place, me niegan el acceso a determinados lugares?
¿Hay paz cuando tengo que cumplir con los mismos deberes que cualquier otro ciudadano, pero ¿no gozo de los mismos derechos?
¿Dónde está esa paz, y para quién es?
Pero si me defiendo, soy acusada de ser violenta, una resentida, se supone que me tengo que sentar pacíficamente, no importa qué tipo de ataques reciba, ¿se supone que tengo que asumirlo como una verdad?
Nocao: Victoria, eres una mujer con mucho que proponer y hacer, pero esta no es la forma de encausar tu lucha, no utilices la pasión que despiertas en la gente para el mal.
Victoria: Dices que para el mal, yo digo que para lo justo.
Nocao: Compañeros, debo decirles que estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy, en la que será una de las mayores manifestaciones por la igualdad en la historia de nuestro país.
Hace ciento setenta y tres años, nuestros patriotas, cuyas simbólicas sombras nos cobijan hoy, firmaron nuestra primera constitución nacional. Este trascendental decreto significó como un gran rayo de luz y de esperanza para miles de negros, mestizos y blancos quisqueyanos, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia.
Victoria: Pero, ciento setenta y tres años después, el negro aún no es un semejante; ciento setenta y tres años después, la vida del negro es aún tristemente lacerada por las esposas de la discriminación; ciento setenta y tres años después, el negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad dominicana y se encuentra desterrado en su propia tierra.
Pluma: Este no es el momento de tener el lujo de enfriarse o de tomar tranquilizantes de gradualismo.
Nathaly: Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de democracia.
Teresa: Ahora es el momento de salir del oscuro y desolado valle de la discriminación y la preferencia, hacia el camino soleado de la justicia racial.
Victoria: Ahora es el momento de sacar a nuestro país de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la roca sólida de la hermandad.
Nocao: No podemos caminar solos. Y al hablar, debemos hacer la promesa de marchar siempre hacia adelante. No podemos volver atrás.
Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño.
Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: " Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres". Y cuan verdad más grande que todos los hombres son creados iguales.
Sueño que mis futuros hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad.
¡Hoy tengo un sueño! Sueño que un día, mi país se convierta en un sitio donde sea natural que los niños y niñas negras, puedan unir sus manos con las de los niños y niñas blancas y caminar unidos, como hermanos y hermanas.
Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la cual he venido del Sur.
ESCENA 9
Mario M: ¿pensando en la protesta compañero?
Nocao: Si supieras…..cada vez que veo a Theo no puedo evitar pensar en lo que usted me dijo en días anteriores...
Mario M: ¿Sobre Theobroma entrando a su casa?
Nocao: Un picaflor, entrando a mi casa, con mi mujer y sola...
Mario M: Estarse juntos dentro de la casa con su amigo una hora o más, no supone malicia alguna.
Nocao: ¿Durar horas dentro de la casa, Mario, y sin malicia alguna? ¡Eso es usar de hipocresía con el diablo! ¡Los que tienen intenciones virtuosas, y no obstante, obran así, el diablo tienta su virtud y ellos tientan al cielo!
Mario M. Si nada hacen, es un desliz venial; ahora, si doy a mi mujer un relicario...
Nocao: ¿Qué? Relicario… relicario… relicario (en voz baja, ansioso, repetitdas veces)
Mario M: Pues que es de ella, señor; y, siendo suyo, pienso que puede darlo a quien le plazca.
Nocao: También es guardiana de su dignidad. ¿Puede entregarlo?
Mario M: ¡Su dignidad es una esencia que no se ve! A menudo ocurre que quienes lo poseen no lo tienen. Pero en cuanto al relicario...
Nocao: ¡Verdad! Se me había olvidado, usted me había mencionado algo y eso anda revoloteando sobre mí como un cuervo sobre un animal moribundo. ¿Usted me dijo que él tenía mí relicario?
Mario M: Sí, ¿y qué hay con eso?
Nocao: Pues no me parece nada bueno.
Mario M: Y ¿qué pasaría si le dijera que los vi en el acto? ¿O que por lo menos lo he oído contar? Porque hay gente que buscan y rebuscan hasta descubrir el secreto y no paran hasta contarlo.
Nocao ¿Él ha dicho algo?
Mario M Sí, compañero; pero tranquilo, que con tal de no perder el cargo que usted le esta buscando lo va a negar todo.
Nocao: ¿Qué dijo?
Mario M. Bueno, aparte de dudar los medios de como usted tiene ese trabajo. Pues que había.... no sé qué había hecho.
Nocao: ¿Qué? ¿Qué?
Mario M: Que habia estado con ella...
Nocao ¿Con ella?
Mario M: Si, con ella.
Nocao: ¡con ella! ¡En mi propia casa! ¡Que vergüenza Mario!... ¡El relicario!... ¡Que lo confiese!... ¡El relicario! ¡Que confiese y que mas nunca encuentre trabajo!... ¡Que lo boten primero, y que confiese después!... ¡Tiemblo al pensarlo!. ¡La naturaleza no se dejaría invadir por la sola sombra de una pasión sin algún fundamento! ¿Realmente es esto posible?... ¡El lo confeso!... ¡El relicario!... ¡Como pudieron!... (Se desploma casi desmayado)
Mario M: ¡Opera, veneno, opera! ¡Así se atrapa a los tontos crédulos! ¡Y así pierden fama y honra muchas damas castas y dignas! ¿Compañero me oye?! Levántese! Levántese!
(Entra THEOBROMA)
Theobroma: ¿Qué sucede?
Mario M: Se ha desplomado así de la nada el compañero, según me estaba contando se ha sentido como débil estos días.
Theobroma: ¿Le bajo el azúcar?! ¿Tiene una menta? O pongámoslo boca arriba y vamos a subirle los pies en algo!
Mario M: No, déjalo quieto. El letargo debe seguir su curso tranquilo, es mejor que empeorarlo... Mira ya se mueve. Déjalo respirar por un rato tranquilo. Volverá pronto en sí. (Sale Theobroma) Compañero, ¿aún le duele la cabeza?
Nocao ¿Te estas burlando de mí?
Mario M: ¡Yo burlarme de usted! ¡No, jamás¡ Quisiera que soportaseis vuestra suerte como un hombre! Esté tranquilo un momento y escúcheme con paciencia. Mientras usted estaba aquí, desvanecido en vuestro dolor, vino Theobroma. Me las ingenié para que se creyera un cuento de porque usted estaba en ese estado y siguiera su camino. Se que usted aun no se encuentra en el mejor estado para decirle esto pero vi que se dirigía a la casa de usted muy apurado y para el colmo de males traía el relicario de su amada Desdémona en sus manos.
Nocao: ¿Me escuchas Mario? Verás que soy de lo más prudente en mi paciencia; pero también -¿me oyes?- de lo más sanguinario.
Mario M: sin embargo, todo a su debido tiempo. Ahora, vamos a escondernos en los alrededores de su casa antes de que el llegue para que usted vea la verdad con sus propios ojos. (Aparte) Aquí viene. Desde aquí Nocao no podrá escuchar bien lo que hablan, pero sea lo que sea que este vea Nocao se pondrá furioso, y sus celos indoctos interpretarán al revés las sonrisas, los gestos y la conducta chabacana del pobre Theobroma.
Theobroma: Cuñada, le tengo una buena y una mala noticia.
Desdémona: Ay Theo, por favor no empieces con tus chistes malos. Dime lo que tengas que decirme.
Theobroma: Oh pero y quien dijo que es un chiste. Usted tiene una muy mala percepción de mi!
Desdémona: Este can es bien viejo, así que no vengas con que no te conozco. Que te conozco!
Theobroma: mmm, ¿Usted está segura de eso?
Desdémona: Por supuesto! Acaso no era yo la que a los 11 años ya era más alta que tú y Nocao? ¿Y cada vez que te lo mencionaba te ponías a llorar? Ja ja ja ¿Quieres que siga mencionando más cosas?
Theobroma: Ey, ey, así no, que sufrí mucho eso. Pero al parecer usted como que se quedó corta ja ja
Desdémona: Padre del Cielo, este hombre nunca va a coger cabeza... Cuales son las buenas y malas noticias?
Theobroma: La buena es que el relicario se va a poder arreglar y quedara como nuevo.
Desdémona: ¿Y la mala?
Theobroma: La mala es, que no va a poder ser hoy mismo porque la gente de la joyería no estaba ahí, parece que ya cerraron.
Desdémona: No me diga eso! Ay no! Ese relicario es invaluable para mi y lo cuido con mi vida! No puede ser posible que solo haya una joyería por aquí. Por favor Theo, tu sabes resolver, busca la forma de arreglarlo donde sea para que me lo entregues hoy mismo.
Theobroma: Oye pero tenaz la Desdémona esta. Esta bien, esta bien, conste que lo hago más por el valor que tiene para mi hermano.
Desdémona: Gracias Theo!
ESCENA 10
DESDÉMONA.- Mi amor, ¿qué quieres?
Nocao: Por favor, ven acá mi chiquita. Déjame ver esos ojos. Mírame a la cara.
DESDÉMONA: estos juegos pesados no me gustan ¿qué te pasa? Escucho molestia en tus palabras; pero no te entiendo.
Nocao: Vamos a ver: ¿quién eres tú?
DESDÉMONA.- Tu fiel esposa.
Nocao: ¡Vamos júralo si es que te atreves a condenarte! Te asemejas tanto a un ángel del cielo que los demonios podrían temer apoderarse de ti. ¡Así, condénate doblemente! ¡Jura... que eres fiel!
DESDÉMONA.- Dios sabe que es verdad.
Nocao: ¡Dios sabe con toda verdad que eres perversa como el infierno!
DESDÉMONA.- ¿Hacia quién? ¿Con quién? ¿Cómo soy perversa?
Nocao: ¡Ah, Desdémona!... ¡No te me acerques! !Aléjate de mi!
DESDÉMONA.- ¿Por qué lloras? ¿Es por mí? Si es por algo que te ha hecho mi padre no me eches la culpa. Si has perdido su afecto, yo lo he perdido también.
Nocao: Aun cuando Dios quisiera ponerme a prueba el dolor; aun cuando hubiera hecho llover sobre mi cabeza toda clase de males y de vergüenzas; aun cuando me hubiera sumergido en la miseria hasta los labios; aun cuando me secara en la necesidad con mis últimas esperanzas, aún habría podido encontrar en un rincón de mi alma una gota de paciencia. Pero ¡ay! ¡Hacer de mí la imagen fija de la burla del mundo mientras me señalan con su dedo! ¡Oh! ¡Oh! Sin embargo, todavía aguantara esto; bien, muy bien. ¡Pero ser arrojado del santuario en que depositó mi corazón; del santuario donde tengo que vivir, o renunciar a la vida! ¡Ser arrojado de él o conservado como una cisterna para que sucios sapos se enlacen y engendren dentro!... ¡Paciencia, tú, mi ángel con labios de rosa, cambia de complexión! ¡Cambia, y adquiere una fisonomía siniestra como el infierno!
DESDÉMONA.- Espero que sepas que soy una mujer honrada.
Nocao: ¡Oh, sí! ¡Como las moscas en el matadero, que, apenas creadas, se reproducen zumbando! ¡Ojalá nunca hubieras venido al mundo!
DESDÉMONA.- ¡Ay! ¿Qué pecado de ignorancia he cometido?
Nocao: Este hermoso cuaderno, este libro tan admirable, ¿Solo se puede leer la palabra "ramera"? Que delito es el tuyo me preguntas? ¡Si dijera lo que has hecho, mi rostro se volvería rojo como el fuego y reduciría a cenizas toda pureza!... «¡Qué has cometido!»... El Sol y la Luna se escandalizan de eso «¡Qué has cometido!» ¡Imprudente ramera!
DESDÉMONA.- ¡Por que me ofendes!
Nocao: Pues que ¿No eres una?
DESDÉMONA.- ¡No, tan cierto como soy cristiana! Me he conservado tan pura e intacta como el vaso que solo tocan los labios del dueño.
Nocao: ¿En serio lo dices?
DESDÉMONA.- ¡Oh Dios mío! Ten misericordia de mi!
Nocao: en ese caso, perdóname. Te confundí con una astuta dama que se casó con Otelo... Tu que frente a San Pedro guardas las puertas del infierno!
(Se va y ve a Theobroma a distancia con el relicario) (Nocao se envuelve en ira y vuelve a donde Desdémona)
ESCENA 11
Nocao: ¿Ya hiciste tus oraciones?
DESDÉMONA.- Sí
Nocao: Pues pide perdón si te acuerdas de algún crimen que te deje aún irreconciliada con Dios.
DESDÉMONA: ¿Qué me quieres decir con esas palabras esposo?
Nocao: Hazlo y pronto. No quisiera matar tu espíritu sin hallarse preparado. No... ¡No lo permita el cielo!... ¡No quisiera matar tu alma!
DESDÉMONA.- ¿Qué? ¿Quieres matarme?
Nocao: Sí, hablo de matarte.
DESDÉMONA.- ¡Dios tenga piedad de mí!
Nocao.- Así sea! Dilo con todas las fuerzas de tu alma.
DESDÉMONA.- Aunque digas todo eso, no creo que de verdad quieras matarme.
Nocao: ¿Cómo?
DESDÉMONA.- Y, sin embargo, te tengo miedo, tu mirada me aterra. Por qué deba temer, no se, pues no he hecho nada. Pero tengo miedo, mucho miedo.
Nocao: ¡Piensa en tus pecados!
DESDÉMONA.- Seria el amor que siento por ti.
Nocao: Sí, y por eso vas a morir.
DESDÉMONA: Matarme porque te amo? ¡Ay! ¿Por qué pones las manos así? Me dan el presentimiento de algo muy malo. Mas, sin embargo, espero, espero que no es a mí a quien amenazan.
Nocao: ¡Silencio, y estate quieta!
DESDÉMONA.- Así lo haré. Pero ¿qué ocurre?
Nocao: Aquel relicario que tenía yo en tanta estima y que te regalé, se lo diste a Theobroma!
DESDÉMONA: ¡No! Te lo juro! No se lo he regalado! Ve y pregúntale a el mismo, solo le pedí de favor que...
Nocao: ¡No jures en falso! ¡Estando en tu lecho de muerte!
DESDÉMONA: ¿Tan pronto?
Nocao: ¡Si! por tanto, confiesa francamente lo que hiciste, pues aunque lo niegues con las palabras mas creíbles no vas a disminuir ni un ápice mi convicción. ¡Vas a morir!
DESDÉMONA.- ¡Entonces que el Señor tenga piedad de mí!
Nocao: ¡Así sea!
DESDÉMONA.- ¡Y tenla tu también! Nunca te he faltado ni aun de pensamiento; nunca he amado a Theobroma, sino solo con la amistad que Dios aprueba. Jamás le di alguna prenda de amor.
Nocao: ¡Por Dios! Yo vi el relicario en sus manos! ¡Oh, mujer infiel! Tu me quieres volver loco y que cambie por asesinato lo que hago por justicia ¡Yo vi el relicario!
DESDÉMONA: Yo nunca se lo regale. Vamos a buscarlo y el mismo te dirá el porque lo tiene.
Nocao: Ya no habrá a quien buscar, ustedes miserables infieles se encontraran hoy en el infierno.
DESDÉMONA.- ¡Oh Dios mío!... ¡Cómo! ¿Ha muerto?
Nocao: Lo estará. Ojala el tuviera tantas vidas como cabellos! Porque así pudiera acabar con el cientos de veces!
DESDÉMONA.- ¡Ay! ¡Lo van a traicionar y yo estoy perdida!
Nocao: ¡y aun te atreves a llorarlo en mi cara?
DESDÉMONA.- ¡Oh, por favor, mándame lejos de ti, pero no me mates!
Nocao: ¡Suéltame vil adultera!
DESDÉMONA.- ¡Mátame mañana! ¡Déjame vivir esta noche!
Nocao: ¡No! Y aun te defiendes!
DESDÉMONA.- ¡Una hora más por favor!
Nocao: Esta es tu hora.
DESDÉMONA.- ¡Sólo déjame hacer una oración!
Nocao: ¡Es demasiado tarde! (La ahoga.)
(Apagón)
Escena 12
(ESCENA FINAL CON DIALOGO CRUZADO ENTRE VICTORIA ESCRIBIENDO EN UNA MAQUINA DE ESCRIBIR UN ARTICULO Y MARIO MORENO PONIENDSE CREMA PARA BLANQUEARSE MIENTRAS DA UN DISCURSO)
Victoria: Las muertes de las mujeres a manos sus parejas dejan otra víctima, en este caso la víctima es la Sra. Desdémona de 25 años, a manos de su esposo el Sr. Nocao de 30 años, quien posteriormente procedió a quitarse la vida...
Mario M: Saludos compañeros, el día de hoy me acerco a ustedes con toda la humildad que me caracteriza a ponerme en la disposición de ayudarlos, brindarle mi mano amiga…..
Victoria: Este caso ha dejado a toda una comunidad desconcertada, debido al amor y respeto que siempre profesó el victimario por quien una vez fue su esposa,…. Todo indica que el hecho fue cometido por motivos pasionales, aunque dicen desconocer por quien fueron infundados.
Mario M: En un mundo donde la violencia no tiene parámetros ni reconoce vínculos afectivos, es importante mantener los buenos vínculos y amistades, por eso les prometo, que como nuevo administrativo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, lugar donde trabaje codo con codo junto a Nocao.
Victoria: Las campañas, proyectos y planes estratégicos contra la violencia de género, impulsados tanto desde el sector público como del privado habrán tenido resultados plausibles; pero están muy lejos de ser suficientes.
Mario M: Tendré a todo un equipo trabajando para que estos casos de violencia, discriminación e injusticias sean totalmente erradicados, confíen en mí, hoy vislumbramos un mejor porvenir….
Su amigo siempre fiel. Mario Moreno.
Rosmery D. Mieses Dickson
Nace un 29 de enero en Santo Domingo, República Dominicana. Realizó sus estudios primarios y secundarios en el Liceo Escuela Ntra. Señora del Carmen.
Como parte de su formación artística, a los 6 años inicia sus estudios de danza en la Academia de Ballet Magda Corbett, posteriormente, a los 8 años pasa a formar parte del Ballet en la Escuela Nacional de Danza (Endanza), donde cursa 6 años de formación.
En el 2005 ingresa a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), a la carrera de Derecho, obteniendo el título de licenciada en Derecho en el 2010, profesión que ejerce en la actualidad.
En el 2013 ingresa nuevamente a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), a la carrera de Teatro, mención actuación siendo a la fecha estudiante de término de esta.
Como parte de sus proyectos de clase ha participado en varias obras como: Las Heroínas, Yerma, Tartufo, Las Tres Hermanas, Pluma y la Tempestad, por mencionar algunas, así como también algunos proyectos de creación colectiva.

Rosmery D. Mieses Dickson
Nace un 29 de enero en Santo Domingo, República Dominicana. Realizó sus estudios primarios y secundarios en el Liceo Escuela Ntra. Señora del Carmen.
Como parte de su formación artística, a los 6 años inicia sus estudios de danza en la Academia de Ballet Magda Corbett, posteriormente, a los 8 años pasa a formar parte del Ballet en la Escuela Nacional de Danza (Endanza), donde cursa 6 años de formación.
En el 2005 ingresa a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), a la carrera de Derecho, obteniendo el título de Licenciada en Derecho en el 2010, profesión que ejerce en la actualidad.
En el 2013 ingresa nuevamente a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), a la carrera de Teatro Mención Actuación, siendo a la fecha estudiante de término de esta.
Como parte de sus proyectos de clase ha participado en varias obras como: Las Heroínas, Yerma, Tartufo, Las Tres Hermanas, Pluma y la Tempestad, por mencionar algunas, así como también algunos proyectos de creación colectiva.
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